Altes se transformó el pasado viernes en un castillo medieval, con todo tipo de pruebas en la que los socios estuvieron a la altura. Duelos, justas, batallas… impresionante.
Y sobre todo la merienda medieval preparada por las madres, que fue devorada por los caballeros en un instante. Alguno lo intentó incluso con el casco puesto, pero la cosa no pintaba muy bien así que decidió merendar al estilo tradicional.
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